¿ES POSIBLE EL ALTO RENDIMIENTO EN LAS EMPRESAS?

Como veíamos en el artículo dedicado a la NOM035 las empresas mexicanas tienen importantes restos por delante para instalar modelos competentes de desarrollo de su capital humano, obtener un buen aprovechamiento del talento y generar ambientes organizacionales saludables para sus equipos y empresas.

Esto es posible pero para ello hay que considerar algunos factores.

1.- Productividad. En su libro “Inteligencia emocional en el trabajo”, Daniel Goleman asegura que sin un buen modelo de desarrollo de capacidades humanas las empresas pierden un mínimo de un tercio de su productividad.  

2.- El descontento de los trabajadores en México y en los países desarrollados en general. Erika Villavicencio Ayub y Gladys Martínez Santiago, académicas de las facultades de Psicología (FP) y Medicina (FM) de la UNAM presentaron un estudio en 2018 con una muestra de más de 3000 empresas en el que se analizaba el ambiente organizacional de las mismas. El resultado del estudio fue muy claro. El 85% de las empresas mexicanas son tóxicas para sus trabajadores.

En el resto del mundo el panorama parece ser similar. Según una encuesta de la consultora Gallup publicada por la revista Forbes el pasado año sólo el 15% de los trabajadores de todo el mundo se encuentran satisfechos con su puesto.

EL ALTO RENDIMIENTO EXISTE DESDE HACE AÑOS

El alto rendimiento es un concepto que se comenzó a manejar con el desarrollo de los programas espaciales ruso y estadounidense.

Los astronautas debían ser capaces de realizar tareas de altísima dificultad en condiciones extremas. De esta forma los planes de acción detallados, la gestión de estrés, los modelos de comunicación y resolución de problemas y el desarrollo de modelos de trabajo en equipo se volvieron variables centrales dentro de estos programas.

LUEGO LOS DEPORTISTAS

En los años 80 y 90 se comenzaron a desarrollar los primeros programas de alto rendimiento para atletas olímpicos basados en la experiencia previa con astronautas.

Algunos investigadores, como Terry Orlick, uno de los padres de la psicología del alto rendimiento deportivo, comenzaron a aplicar estos principios a los planes de desarrollo de los atletas en Estados Unidos.  

El sistema de Orlick se basa en un concepto que él denomina “la rueda de la excelencia”. En este modelo no sólo se contemplaban las variables técnicas, físicas y tácticas, sino que hacía hincapié en el desarrollo de las capacidades mentales vinculadas con el éxito.

¿ES POSIBLE EL ALTO RENDIMIENTO EN LAS EMPRESAS?

Si se ha implantado con éxito en otros ámbitos, el mundo empresarial no debería ser una excepción.

No obstante se deben seguir ciertos principios:

                1.- Contar con la asesoría de un experto. El alto rendimiento articula elementos tan delicados que es importante que un profesional externo al proyecto ayude con la implantación de un modelo de alto rendimiento.

                2.- El programa debe contar con el apoyo de los líderes del proyecto. Sin ellos es inviable hablar del concepto de alto rendimiento ya que estos procesos conllevan un esfuerzo importante para el equipo y la organización.

                3.- Todo el grupo debe recibir formación específica sobre los temas del programa. En un programa estándar la gestión de estrés, las estrategias de comunicación, los modelos de desarrollo de equipo y los modelos de organización de tiempo y priorización de actividades deben estar presentes.

Empresas como Qiip ya están aplicando este modelo y han obtenido notables avances en el desarrollo de las capacidades humanas de su equipo con el consiguiente impacto en la productividad del grupo. Ahora es sólo cuestión de que las empresas comiencen a conocer las ventajas de este modelo y aplicarlas en sus propias estructuras.

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